Vacaciones para decorar

Muchas personas dedican los fines de semana a las tareas domésticas, a limpiar, a cocinar para la semana siguiente. En mi caso, los fines de semana son todavía más intensos que el resto de días. Mi hijo no va a la guardería y debemos ocuparnos de él… que para eso es nuestro, ¿no? Así que poco (o ningún) tiempo nos queda para esas otras tareas que se van acumulando.

Por ‘suerte’, de vez en cuando, llegan algunas vacaciones y recibes un poco de ayuda familiar y te encuentras con algo de tiempo libre. A veces me sucede que después de tanto tiempo sin tener tiempo no sé qué hacer, esa crisis que dicen que tienen los japoneses en vacaciones producto del exceso de trabajo durante el resto del año.

Pero bueno, lo mío no es tan extremo, la crisis dura unas horas y luego ya se me ocurre tarea. Una de las que más disfruto, junto a mi mujer, es decorar, dejar la casa a nuestro gusto. Somos muy detallistas y nos gusta que esté todo ideal, pero casi nunca logramos encontrar el tiempo suficiente para dedicárselo a la casa como creemos que se merece.

En estas últimas vacaciones nos ocupamos de las ventanas, que necesitaban cambios. Fuimos a comprar estores en una tienda especializada. Optamos en su mayoría por estores a medida, salvo para la cocina, que ya tenían uno estándar con las medidas correctas y una decoración que nos gustaba mucho. Para el resto preferimos aportar nosotros unas ideas decorativas además de elegir los materiales.  Y al ser estores a medida te aseguras que van a quedar perfectos en la ventana.

Para la habitación de nuestro hijo también queríamos ponerle un estor que le gustara, así que llevamos unos archivos con unos dibujos que solía ver mucho. Nos pusieron todo tipo de facilidades, pero hasta que no recibimos el estor terminado no estuvimos seguros de que quedase como buscábamos.

Así pasamos aquellos días de vacaciones, yendo a comprar estores, pero lo disfrutamos mucho porque la casa ha quedado estupenda. Ahora, a esperar a las siguientes vacaciones.