Si tienes pensado alquilar habitaciones para estudiantes, el primer paso es decorarlas. La decoración de este tipo de habitaciones tiene que ser sencilla y económica, pero, a la vez, resultar muy atractiva para la persona que va a pasar gran parte de su tiempo en la habitación.
La diferencia entre alquilar habitaciones y alquilar un piso es que el propietario de la casa vive también en la misma o, al menos, se reserva el derecho a entrar en las partes comunes de la vivienda, que nunca en los dormitorios alquilados. Normalmente, además de la habitación el estudiante dispondrá de una sala de estar común en la que poder ver la tele o leer y, en ocasiones, del derecho al uso de la cocina.
La habitación debe de verse bien pintada y limpia. Siempre es buena idea darle un mano de pintura cuando se va un estudiante y entra otro. Se cubren así huellas o las marcas de cuadros o posters personales que se hayan podido poner para decorar. Los tonos de beige son perfectos porque le dan luz a la habitación y resultan muy cálidos.
La cama es importante que sea bonita y, sobre todo, que tenga una cierta calidad. El colchón debe de ser cómodo y no estar en mal estado. Como estas habitaciones se alquilan por año escolar, es buena idea cambiarle la funda al colchón y cambiar la almohada cada temporada, por higiene y también por imagen. Además de la cama debemos de contar con una mesilla y un escritorio situado en un lugar bien iluminado, preferiblemente bajo la ventana.
La ventana puede contar con una bonita persiana veneciana, mucho más higiénica que las cortinas convencionales y que se limpia pasando un paño. Además, son muy efectivas para graduar la intensidad de la luz que entra en el dormitorio.
Una estantería será el colofón perfecto en cuanto a muebles, siempre y cuando el dormitorio tenga armario empotrado. De otro modo, habrá que poner un armario y es conveniente que todos los muebles de la habitación combinen y se vean bonitos y en buen estado. Si la habitación no tiene luces empotradas, una lámpara será el punto final en la decoración.
Evita poner objetos decorativos para que cada persona pueda poner su punto personal en la habitación y hacerla, de esta manera, mucho más propia y acogedora.