Dicen que la verdadera belleza y la felicidad comienzan por aceptarse tal y como uno es. Pero yo digo, ¿quién no desea mejorar? Lo cierto es que a lo largo de nuestra vida mejoramos en muchos aspectos: mejoramos culturalmente estudiando o aprendiendo por nuestra cuenta; mejoramos económicamente al conseguir trabajos que nos ayuden a promocionarnos; mejoramos como personas al adquirir nuevos valores…
Todo esto está bien visto, pero parece que cuando se trata de mejorar el aspecto físico, todo el mundo tiene algo que decir y no tarda en aparecer el que tacha la decisión de frívola. Sin embargo, vivimos en nuestro cuerpo y es algo que no va a cambiar a lo largo de toda nuestra trayectoria. Por eso, mejorar nuestro cuerpo no solo es bueno, es muy recomendable para llegar a ser felices.
El ejercicio es una manera de hacerlo pero la cirugía o la medicina estética son métodos igual de respetables. Y una de las cosas que más suele apetecer cambiar es el aspecto del rostro, ya que es nuestra carta de presentación. Nadie va a proponer grandes cambios, solo pequeños retoques que nos den un aspecto más agradable sin cambiar nuestra cara. Todos admiramos a personajes conocidos que son capaces de mejorar mediante pequeñas intervenciones que no los dejan irreconocibles, como también hay casos, pero sí más atractivos.
Un buen ejemplo es la liposucción papada que ayuda a cambiar la visión general de la persona. La papada da la impresión de tener una cara más gordita de lo que realmente se tiene y eso puede hacer que se vea gordita a la persona sin que realmente lo sea. Quitar la papada ayuda a conseguir un aspecto mucho más atractivo del rostro y no hay que operarse propiamente dicho ya que se hace mediante una pequeñísima incisión y la persona estará en casa, como muy tarde, al día siguiente.
Pero hay otras maneras de cambiar el aspecto sin tener que pasar por el quirófano. La rinomodelación es una forma de cambiar el aspecto de la nariz para ofrecer pequeñas modificaciones sin cambiar totalmente su forma. Por ejemplo, para quitar un caballete o para elevar un poco su punta. Los rellenos de colágeno en pómulos y labios también ayudan a mejorar la apariencia, así como los tratamientos tensores a base de hilos que consiguen dar un aspecto mucho más juvenil al rostro.