La isla de Ons y el resto de archipiélagos del Parque Nacional de las Islas Atlánticas están dominados por un clima mediterráneo con influencias oceánicas. Sus temperaturas medias rondan los catorce a los dieciséis grados centígrados, con oscilaciones en los meses más cálidos y fríos del calendario, naturalmente. Su insularidad motiva que las precipitaciones sean menores aquí que en la Península, de forma que el tiempo ons se caracteriza por la escasez de lluvias y los cielos mayormente despejados.
Las condiciones invernales y estivales presentan un contraste absoluto en Ons. En invierno, las temperaturas en la isla varían entre los cinco y los quince grados de media, con precipitaciones más constantes que pueden aguar los planes turísticos en ciertos días (la meteorología adversa impide la navegación, por lo que las navieras interrumpen sus travesías hacia este archipiélago).
No obstante, diciembre, enero y febrero son meses de temporada baja en Ons, lo que ofrece múltiples ventajas para ciertos perfiles de viajeros. El grado de ocupación, el precio de hoteles y vuelos y la demanda general de servicios turísticos alcanza su punto más bajo durante este periodo, sin que ello implica renunciar de las actividades de turismo activo o privarse de fiestas que se celebran en los municipios y localidades cercanas, como la fiesta de San Blas.
En verano, este archipiélago de la ría de Pontevedra revela todo su potencial turístico, con un rango de temperaturas de veinte a treinta grados y una masificación de viajeros que nada tiene que envidiar a otros destinos internacionales.
El turismo de sol y playa encuentra aquí todo su significado gracias al clima bondadoso y la práctica ausencia de precipitaciones. En sus playas (Melide, As Dornas, Area dos Cans, Fedorento, Fontiñas) se practican actividades acuáticas con temperaturas suaves y el grado de ocupación propio de la temporada alta, que transcurre de mayo a septiembre.