El acné, conocido formalmente como acne vulgaris, ha sido definido como una «enfermedad de la piel caracterizada por una inflamación crónica de las glándulas sebáceas, especialmente en la cara y en la espalda» por la Real Academia de la Lengua (RAE). Dada su alta incidencia en jóvenes y adultos, la demanda de tratamientos acne Vigo, Madrid y otras provincias es constante en el tiempo.
Fueron los ‘padres’ de la dermatología moderna, los ingleses Thomas Bateman y Robert Willan, quienes estudiaron por primera vez un conjunto de enfermedades cutáneas que hoy denominamos acné, voz proveniente del galicismo homónimo documentado desde comienzos del siglo XIX.
Esta alteración de la piel se caracteriza por la aparición de granos y espinillas en distintas zonas de la epidermis. Aunque tradicionalmente se apunta a la edad, el embarazo o los cambios hormonales como los principales causantes, estudios recientes ponen en duda la teoría clásica.
Una investigación reciente de la Universidad de California estableció que el modo en que el sistema inmunitario reacciona a la presencia de determinadas bacterias, y no las bacterias en sí, estaría detrás del acné. Por ejemplo, la Cutibacterium acnes —cuyo nombre evidencia ya su relación con esta enfermedad cutánea— se acumula en puntos negros donde vive sin generar conflictos con las células de la piel, multiplicándose a medida que aumenta la sustancia sebosa.
Debido a la estrecha relación entre la acumulación de sebo y el acné, los dermatólogos han considerado que la suciedad de la piel incrementa el riesgo de desarrollar este problema, cuando el origen del mismo sería en realidad la respuesta del organismo a las bacterias que atrae la suciedad, según el mencionado estudio.
En cualquier caso, la irrupción de la crisis sanitaria ha acrecentado indirectamente el problema del acné debido al uso de la mascarilla. Este accesorio, necesario para contener la propagación del SARS-CoV-2 y otras partículas víricas, fomenta la acumulación de sustancias sebosas en la superficie cutánea.