En España se celebran más de 160.000 bodas al año, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y aunque la tendencia sea bajista, continúa siendo un sector saludable. Así lo demuestra la demanda de anillos, relojes y pulseras de pedida de mano vigo y en otros municipios. Con estos obsequios se pretende, además de formalizar la propuesta matrimonial, tener un detalle especial e inolvidable con la persona amada.
Más allá de los clásicos anillos de compromiso, son muchos los regalos de pedida de mano que se comercializan en el mercado, y el sexo del destinatario tiende a condicionar la elección del mismo. Así, cada vez es más popular obsequiar a la novia con una pulsera de compromiso, una ‘tradición’ que comenzó al otro lado del Atlántico, cuando el John F. Kennedy (1917-1963) regaló a su esposa Jackie una pulsera antes de su ceremonia nupcial.
Además, las pulseras de compromiso presentan una clara ventaja frente a los anillos: la elección de estos requiere conocer la talla de la destinataria, lo que puede suponer un problema si se desea mantener el efecto sorpresa, además de requerir una cierta premeditación, mientras que las pulseras pueden adquirirse sin preocuparse por la talla.
Para su parte, el reloj de pedida es un regalo acertado para la mayoría de novios varones, especialmente de marcas de prestigio (Omega, Longines, Rolex, etcétera). Estos productos alcanzan un elevado valor sentimental con el paso del tiempo, aunque de constituir en algunos casos, una preciada inversión que mantendrá su valor durante décadas, pudiendo incluso revalorizarse.
Más conservador y seguro es la pareja de gemelos para camisa, una joya símbolo de elegancia y distinción, que el novio podrá lucir durante la boda y en otras ocasiones especiales si lo desea.
Justo es reconocer, sin embargo, que las elecciones basadas en la tradición suelen alcanzar un mayor porcentaje de éxito. Es el caso del anillo de compromiso, el obsequio más clásico y elegante para una pedida de mano que el afortunado o afortunada recordará durante toda su vida.