Cuando la imagen pasa ser una profesión

Para muchos la fotografía es una afición sin más pretensiones que capturar recuerdos e imágenes bonitas, pero para otra gente, es una actividad en la que están planteando dedicarse de una forma profesional. Para ello, la primera opción que se puede barajar es un instituto de fotografía arte y diseño Madrid, o incluso mejor, un centro universitario donde estudiar una carrera universitaria para profesionalizarse. 

 

Hasta ahora, el único grado de fotografía oficial se imparte TAI, un centro universitario de artes donde se estudian también otras disciplinas artísticas como artes escénicas, música, cine y bellas artes. Todas estas áreas no son parcelas estancas, sino que se alimentan las unas de las otras para ofrecer una formación diversificada y amplia. De hecho, el Grado en Fotografía lleva incluido un curso de Experto en Comunicación Audiovisual, donde se estudian materias como estrategias en RRSS, diseño web o edición, de gran utilidad hoy día para el fotógrafo de la industria de la imagen actual. 

 

Pero centrándonos en el grado, en esos cuatro años de formación, se cursan un conjunto de asignaturas que tienen que ver tanto con lo tecnológico (técnicas de iluminación, retoque fotográfico digital, etc.), como con estéticas e historia de los principales movimientos fotográficos. Incluso, se tocan áreas concretas como fotografía urbana, publicitaria, de moda o incluso comisariado y gestión de obras fotográficas. Todo ello, desde una perspectiva práctica en la que los alumnos, por medio de trabajos más dirigidos a aspectos concretos y otros de absoluta libertad creativa, ponen en práctica todo el corpus de conocimientos que van aprendiendo a lo largo de cada curso. Además, se incluyen 24 créditos de prácticas externas que pueden realizar en diferentes empresas, entidades y organismos tanto públicos como privados, bien propuestos por ellos mismos o por el centro. 

 

Tal vez se haya perdido la parte más romántica del artista/genio que se construye a sí mismo de forma totalmente autodidacta. La realidad es que un grado de fotografía nos ofrece una formación completa, que incluso amplía su terreno de estudio al arte y al diseño, en consonancia con el perfil de profesional interdisciplinar que los mercados hoy día exigen de una forma cada vez más indiscutible. Es en esos pasillos de institutos y facultades donde podremos encontrar a los grandes fotógrafos del futuro, aquellos que decidieron dar un paso más y hacer de una actividad puramente de ocio, una profesión y que, en algunos casos, les hará pasar a la historia de la fotografía contemporánea.