Iba por la calle el otro día y me hizo gracia una furgoneta en la que había escrito el nombre de una empresa de reformas en el cual se empleaba el nombre de uno de los políticos más famosos de nuestro país, lo que me dio pie a gastar unas cuantas bromas a costa de dicho político. Seguro que esa empresa de reformas ya existía antes de que este político saliese a la palestra, y si es el dueño y es un poco listo supongo que habrá aprovechado para sacarle un poco de provecho al nombre para el beneficio de su empresa, pero al mismo tiempo puede que a muchos posibles clientes no les guste el nombre, todo depende de cómo sea la persona que contrate a la empresa.
Uno de mis amigos está haciendo reforma cocina en su casa, aunque no creo que haya llamado a la empresa de la que os hablaba, estoy seguro de que ha contratado a una empresa de reformas de lo más formal, ya que normalmente le gusta hacer a él las reformas pero si llamó a alguien es que quiere que el resultado sea perfecto, el problema que tiene es que la cocina no es que sea demasiado grande por lo que no podrá hacer todas las mejoras que había pensado, y había pensado bastantes cambios que al final se van a quedar en el limbo.
Reformar una cocina grande da gusto porque puedes cambiar todo lo que te dé la gana, pero en las cocinas pequeñas de los pisos, los cambios que puedas hacer son mucho más limitados. Por ejemplo, en una cocina de un piso va a ser muy complicado que se pueda colocar una isla que hoy en día están muy de moda, pero para ello hace falta bastante sitio. Lo que sí que podrá cambiar son los azulejos horrorosos y el suelo que tiene, creo que no se los han cambiado desde que se construyó el edificio, y de eso hace ya unos cuantos años de eso. Se le nota demasiado que esos materiales son de otra época y ya se han quedado un poco anticuados.